TAI CHI, UNA PRÁCTICA DEL TAO
Tao, un camino de retorno a lo natural, una vuelta a las raíces humanas, terrenales y celestes.
Tai Chi, la viga maestra que danza sola, junto a todo el universo, en el mar de los opuestos.
Tai Chi, la danza que funde en íntimo abrazo espíritu con cuerpo y lleva la mente al vacío lleno, ese espacio en el que las rectas se curvan, la fuerza se hace flexible, la debilidad se fortalece y, detenido, el pensar se transforma en delicada observación y profunda atención.
Tai Chi, el deleite de moverse sin tener que hacer, empujar, ni invadir, simplemente ir en lento fluir y…continuar fluyendo, hasta encontrar, descubrir, ver y escuchar al otro, al complemento, al que aporta el equilibrio que produce la armonía en este paisaje que nos contiene, este minúsculo fragmento del Gran Tao, invisible poder que todo lo impregna, todo lo sostiene, y del que no se puede hablar ni escribir.
Solo sentir y experimentar.
Como el Amor.
Tai Chi, el desarrollo de lo esencial supremo.